La Edad Antigua
El imperio del pensamiento griego destacó en esta época, los
grandes pensadores como Pitágoras, Heráclito, Demócrito, Homero y Sófocles los
grandes pensadores griegos entendieron que los dioses junto con el orden
universal y natural habían dado al hombre la ley humana. Heráclito propone como
suprema virtud obedecer a la naturaleza. Pitágoras introduce la creencia de que
la naturaleza intelectual es superior a la naturaleza sensual y que la mejor vida
es la que está dedicada a la disciplina mental.
La Edad Moderna.
La Reforma protestante, provocó un retorno general a los
principios básicos dentro de la tradición cristiana, para Martín Lutero, la
bondad de espíritu es la esencia de la piedad cristiana. Al cristiano se le
exige una conducta moral o la realización de actos buenos, pero la
justificación, o la salvación, viene sólo por la fe.
La Edad Contemporánea.
El Positivismo, Esta corriente filosófica jurídica encuentra
sus raíces en la filosofía positivista de Conté y que se ve enriquecida
posteriormente con la filosofía Kantiana, primordial-mente esta escuela afirma
que el único conocimiento autentico es el científico y que este sólo puede
surgir de la afirmación positiva de las teoría a través de le método
científico. Para Kant “el derecho es el conjunto de condiciones bajo las cuales
se puede armonizar el arbitrio de uno con el arbitrio de otro, según una ley general
de libertad.
La Ética consecuencia-lista es aquella que determina la
bondad o maldad de un acto moral y de su norma a través de las consecuencias
que ofrecen. Consecuencias que sólo pueden captarse tras la experiencia (a
posteriori). Para Kant, todas las éticas materiales son consecuencia-listas.
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